jueves, 31 de mayo de 2012

TREN




¿Podés localizar tu mambo o sos víctima de tu locura?

Le contagiaste un bostezo al perro y te acordaste que estaban vivos,se vienen fines de semana y temporadas con abrigo,y en algún vagón de un tren, donde todos o nadie han mentido,serás desde y por siempre tu único testigo.

¿Podrás entonces convivir con tu nariz prominente y tus irrefrenables palpitaciones ultraviolentas del autoboicot, intentando en algún campo verde con esperanza de canto de pájaro callar aquellas implacenteras melodías internas con algún otro tipo de ruido, y estar más fuerte que antes aunque más solo que el principito?

 
¿O pensás vivir como Olga que ya no sale de casa porque siente que la ven gorda y entonces no tiene sentido?

¿Y podrás luego o ahora y con esa nariz gigante darle una mano al amigo que se vende como un magnate y camina al borde de algún abismo,o al que profesa que su vida es caca porque no tiene lo "merecido", o al que humilla a los que no ladran y les señala también su ñata, ese rodwiller de doble filo que cuando llega tarde a su casa su mujer le pega dos gritos, que depositan desde y por siempre su tan varonil cola en la falda de la mama?

Podrás con tu gran tabique ponerle el pecho a las balas, sólo cuando que te des cuenta que un ojo, un diente, un vestido, una letra mal apoyada, si vos no querés que te hablen, simplemente no dicen nada.

Es probable que luego tu tren no vaya cada día hacia todo lo que haga falta, pero sólo dando algún paso, a tu tiempo, tu modo y tu gracia, podrás tocarle el timbre a Olga e invitarla a saltar por la plaza.

JB

lunes, 16 de abril de 2012

LOS POLLOS QUE COMEMOS



los pollos que comemos están adulterados,
como aquel hombre de traje 
que miró a los tres costados,
que conversó con la derecha,
también con los colorados,

que ató con hilos de chorizo
las aletas de un fino pescado.

como tu próximo matrimonio,
como el sueño del borracho,
como las papas envasadas
y nuestros años pasados.

como las almas del poeta
por el camino encantado
como el color del futbolista,
 como la tele y el diario

como la melancolía
del ladrón enmascarado,
como mis ganas de verla,
como su sueño frustrado.